“La lombriz es el paradigma entre la vida y la muerte, come productos en descomposición y los transforma en productos para la generación de vida.”
-Charles Darwin-.

 

¿Acaso las lombrices son muy conocidas? Posiblemente no, ya que para algunos su presencia sugeriría un daño, sin embargo, la lombriz, entre otros organismos edáficos, son un indicador muy valioso de la calidad del suelo. Son consideradas importantes y funcionales desde Aristóteles (384-322 A.C.), quien las llamó “los intestinos del suelo”, pues excavan galerías en el suelo, no sólo lo remueven y airean, sino que también lo enriquecen. Sus interacciones con la microbiota aceleran el reciclado de nutrientes que promueven el crecimiento y productividad de las plantas. A pesar de ello, aún no son el grupo de organismos más estudiados en México (Ortiz & Ortiz, 2018). 

Estos invertebrados son más complejos de lo que aparenta su simple morfología externa, pues poseen tres tipos de corazones (laterales, intestinales o esofágicos), glándulas de Moren o calcíferas (permiten el metabolismo de calcio), un tracto digestivo de riqueza enzimática (pepsina, tripsina y amilasas) además de ser hermafroditas (Alas, 2002).

En la actualidad se ha calculado una cifra aproximada de 30,000 especies de lombrices de tierra a nivel global, aunque para la lombricultura (biotecnología que a través de algunas especies de lombriz convierte los residuos orgánicos en un mejorador de suelo o humus), las especies más utilizadas son epígeas es decir, que se ubican en el primer sustrato del suelo y son de piel pigmentada, como la roja californiana (Eisenia foetida), la africana (Eudrilus eugenie) y la roja de Taiwán (Perionyx excavatius) (NMX-109, 2007).

Es importante mencionar que el único producto derivado de esta actividad y regulado en nuestro país es la lombricomposta, a través de la NMX-AA-180-SCFI-2018, en la que se enlistan las especificaciones de calidad y condiciones de operación del centro de trabajo, de suma de importancia para los productores a gran escala. 

Por otro lado, el Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal (ICAMEX) a través de sus centros de producción lombrícola, ha obtenido como productos:

  • Humus (300 kg/metro cuadradro).
  • Lixiviado (25 L/metro cuadradro).
  • Pie de cría.
  • Carne y harina de lombriz (1 kg de harina por 10 kg de lombrices).

Entonces, ¿esta actividad es un hobbie, negocio o un nuevo comienzo? Incluso podría ser algo más, pues se ha comprobado que la presencia de lombrices en suelos contaminados por metales pesados como el mercurio, promueve el aumento de microorganismos, este comportamiento se debe principalmente a las deyecciones producidas por las lombrices que contribuyen a que se mejoren las condiciones químicas y físicas aportando nitrógeno, fósforo y potasio, lo cual mejora la fertilidad del suelo y produce el aumento de la microbiota, esta técnica es conocida como vermiremediación (Zapata, et al., 2017).

Incluso la Universidad Nacional de Colombia obtuvo la patente de invención para la harina de lombriz roja californiana como sustrato de fermentación, ya que es una fuente potencial de nitrógeno orgánico al reemplazar por completo el extracto de levadura usado comercialmente para la fermentación alcohólica y ácido láctico (Impulsa, 2017).

¿Entonces es posible comer lombrices? Para Ferruzzi (1987) la carne de lombriz roja contiene un máximo de 68 a 82% de proteína, en concordancia al tipo de alimento que ingiere, por lo que se ha utilizado como alimento animal para aves de corral, peces (tilapia, trucha), bovinos e incluso para el ser humano. Como productos derivados de la harina de lombriz se encuentran las denominadas “lombrigalletas”, panqués, yogurt e incluso botanas (SICDE, 2016). 

Además, existen sustancias encontradas en las lombrices con efectos medicinales comprobados, como lo son: la tirosina y la lumbrofebrina, esta última reconocida internacionalmente como un agente antihipertensivo (Rodríguez, 1998).

Por otra parte, se extrae el aceite de lombriz también conocido como “oilbriz”, pues el cuerpo de este anélido está conformado en su mayoría por colágeno, el cual es utilizado para recuperación de quemaduras, desvanecimiento de cicatrices entre otros (Vallejo, 2013).

Curiosamente este anélido también ha tenido impacto en el entretenimiento pues en 1994 fue estrenado “Earthworm Jim”, un videojuego cuyo protagonista era una lombriz de tierra a la que le caía desde el cielo un súper traje, debido a un descuido de un caza recompensas de otro mundo, mientras que un año más tarde se dio a conocer otra serie del género estrategia militar llamado “Worms”, la cual también fue inspirada en estos invertebrados.   

Existen espacios como el Bosque de San Juan de Aragón y el Parque Metropolitano León en los que, a través de módulos ecotecnológicos, se muestra la importancia de la lombricultura, que no es más que otra forma de educar a favor de la vida.  

La lombricultura, además de todo lo mencionado líneas arriba, forma parte de una cadena de valor partiendo de la agroecología, en la que permite mantener suelos fértiles y obtener alimentos sanos, en este sentido diferentes colectivos participan con escuelas para el establecimiento de huertos escolares y familiares. Existen infinidad de ejemplos, influencias y objetivos de esta actividad, sea cual sea, cada una de ella es importante explorar en su potencial. ¿Y tú tienes lombrices? Pues tal vez deberías conseguirte algunas.

 

Fuentes:
  • Alas Rosales, Roberto Carlos. Alvarenga Hernández, Ana Milagro Rocío. 2002. Evaluación de sustratos de origen animal y vegetal en la producción de humus y carne de lombriz (Eisenia foetida).
  • Ferruzi, C. 1987. Manual de lombricultura. Ed. Mundiprensa. Madrid p.1-27.
  • ICAMEX. 2019. Lombricultura. http://icamex.edomex.gob.mx/lombricultura
  • IMPULSA ALIMENTOS. 2017. Boletín de actividades: Colombia: harina de lombriz recibe patente como sustrato de fermentación. http://www.impulsaindustria.com.uy/wp-content/uploads/2019/07/Bolet%C3%ADn-3-Setiembre-2017.pdf
  • NMX-AA-180-SCFI-2018. Que establece los métodos y procedimientos para el tratamiento aerobio de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos y de manejo especial, así como la información comercial y de sus parámetros de calidad de los productos finales. http://biblioteca.semarnat.gob.mx/janium/Documentos/Ciga/agenda/PPD1/NMX-AA-180-SCFI-2018.pdf
  • NMX-FF-109-SFCI-2008. Humus de lombriz (lombricomposta)-especificaciones y métodos de prueba. http://www.economia-nmx.gob.mx/normas/nmx/2007/nmx-ff-109-scfi-2008.pdf
  • Ortiz Gamino, Diana, A. I. Ortiz Ceballos. 2018. Belleza extravagante y funcionalidad: lombrices de tierra. CONABIO. Biodiversitas, 138:12-16
  • Rodríguez Aragonés, C. Vázquez, M. 1998. Lombrices de tierra con valor comercial. Biología y técnicas de cultivo.
  • SICDE. 2016. Innovadoras alternativas para el aprovechamiento de la lombricultura. http://www.sicde.gob.mx/portal/bin/nota.php?accion=buscar&notaId=6891473275744979ea0c04
  • Vallejo, J.R. y González, J.A. 2013. Las lombrices de tierra en la medicina popular española: contraste con el uso medicinal a través de la Historia. Medicina naturista. Vol. 7. No. 2. 81-86 I.S.S.N. 1576-3080
  • Zapata, L. Martínez, E. Posada, M. E. González, J. F. Saldarriaga (2017). Efectos de la lombriz roja californiana (Eisenia Foetida), sobre el crecimiento de microorganismos en suelos contaminados con mercurio de Segovia, Antioquia. Ciencia e Ingeniería Neogranadina, 27 (1), pp. 77-90, DOI: http://dx.doi.org/10.18359/rcin.1911