Me dirijo a ustedes hombres y mujeres que representan a la raza humana
para reprocharles la degradación de su entorno de forma temprana.
No importa si eres niño, joven o adulto; del masculino o femenino,
tu razón de “Homo Sapiens” y depredación se perdió en el camino.

Mucho se ha dicho y prometido, pero poco se ha realizado,
para proteger y preservar al ambiente en el pasado.
La ambición del ser humano y su egoísmo está por encima de todo,
de tal forma que la desaparición de los recursos ha empeorado.

Agua, Aire, Suelo, Flora y Fauna les abastecí en cantidades ilimitadas,
todo bajo una pureza, equilibrio y armonía nunca imaginadas.
Suficientes para satisfacer a todas las futuras generaciones,
no les alcanzaron más que para unas cuantas civilizaciones.

¿Qué fue lo que paso?, no me explico y hoy lloro sin consuelo
de tener un paraíso terrenal, pasamos a vivir un constante duelo.
De coexistir en un ambiente sano, hoy en un purgatorio hay que penar,
escenario que el mismo Dante Alighieri no habría podido imaginar.

Así nos llegó el COVID-19 y el mundo se atrinchero,
los gobiernos implementaron acciones a finales de febrero.
Ustedes como humanos se espantaron y sintieron miedo,
mientras la naturaleza vio la oportunidad de irse reponiendo.

De esa manera el ser humano disminuyó impactos a la atmósfera,
a costa de ver terminada su vida y se mantuvo a la espera.
En su casa el temor de poderse contagiar le quitaba el sueño,
sin saber que del virus el propio ser humano era el dueño.

Así pasaron los días, las semanas y los meses en cuarentena
sin presencia de personas en las calles bajo un poco la condena.
La propia muerte y la de un familiar fue un factor motivacional,
un virus pudo más que decenas de tratados de corte internacional.

Ante estas situaciones, yo como Madre Naturaleza; cansada, triste y decepcionada de la humanidad, con todo el derecho me atrevo a preguntar:

¿Por qué no hicieron caso a las advertencias del Club de Roma en 1968 y a los resultados catastróficos del Modelo Bariloche en 1976?

¿Qué llevó al ser humano a mentir en Estocolmo 1972?, donde se escribió lo siguiente:
“El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente”

¿Dónde está “Nuestro futuro común” manifestado – proclamado en el Informe Brundtland en 1987 y la implementación del término Desarrollo Sostenible?

¿Quién se atrevió a escribirme una “Carta de Amor Platónico” en la Cubre de Rio en 1992?

¿Dónde está la sociedad justa, pacífica y sostenible que prometieron o pregonaron?

¿Dónde está el respeto y cuidado a la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor?

¿Cuándo han asegurado eficazmente los frutos y belleza de la vida?

Se han protegido y replegado por COVID 19, virus creado por el mismo ser humano.
Se han organizado y compartido experiencias cómo nunca se había visto.
Han logrado en pocos meses acciones que tardaban décadas en concretarse.
El glamour y protocolo de tratados, convenios y acuerdos no fue necesario.

Espero que el tiempo les dé la oportunidad de revertir el daño, yo la Madre Naturaleza estoy herida de gravedad y necesito la voluntad, compasión, compromiso y amor de la humanidad.

¡Creo que valgo la pena, ya que como humanidad de mí obtienen todo!

Atentamente

LA MADRE NATURALEZA

 

Autor: M. en C. Saúl Hernández Islas.