“La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados.”
-Mahatma Gandhi.

 

En el territorio mexicano se pueden llegar a observar 22 especies entre pericos y guacamayas, el 95% de todas las especies mexicanas está agregada en alguna categoría de riesgo y protegidas por la Ley General de Vida Silvestre, Conservación y Aprovechamiento Sustentable, en su artículo 60 Bis 2, ningún ejemplar de ave correspondiente a la familia Psittacidae, cuya distribución natural sea dentro del territorio nacional, podrá ser sujeto de aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o comerciales.

En la actualidad los índices de tráfico de fauna silvestre ascienden de manera vertiginosa con el consecuente aumento en la antropización de especímenes silvestres. No obstante, se han convertido en un gran negocio de cientos de millones de dólares. Ninguna otra familia de aves atrae tanto interés y tanta inversión. Este grupo de aves son vistos frecuentemente como “especies bandera” potenciales para promover programas de concientización sobre el cuidado del medio ambiente; también son factores clave para el desarrollo del ecoturismo y contribuyen a la protección de grandes áreas de selva tropical (Profepa, 2019).

En cautiverio, se le facilita todo a los animales para su supervivencia, por ello en principio no necesitan recorrer grandes distancias para buscar refugio, alimento, territorio, agua, limpiarse, etc. Pero si no pueden desarrollar estas conductas naturales, ¿Qué hacen durante el día? La modificación dietaria y conductual a la que son sometidas las aves en cautiverio se traducen en cuadros de estrés y ansiedad crónicos que tienen efectos directamente proporcionales en su salud por lo cual se optó poner en práctica el enriquecimiento ambiental para mejorar la calidad de vida de las psitácidas (Urcola, 2011).

Estas prácticas consisten en la incorporación de aditamentos o características al entorno de un animal cautivo o se modifica de tal manera que con ello se estimulan conductas semejantes a las propias de un animal sano en su medio natural. El enriquecimiento pretende estimular comportamientos adecuados para la especie y que satisfagan las necesidades físicas y psicológicas del animal (Castillo, 2012).

Las psitácidas necesitan estar socializando, lo ideal es que dispongan de otros miembros de su especie o de otras afines ya que pueden convivir aunque no sean de la misma especie (Ganem, 2020). Son aves muy inteligentes por lo cual les puedes complicar la forma de adquirir su alimento estimulándola psicológicamente como ponerles cartón de huevo, tubos de bambú, cocos o incluso juguetes que necesitan accionar palancas o romper para que el ave consiga su comida.

Una forma de enriquecer su dieta con diferentes ingredientes o presentaciones (fruta y verdura picada en cuadritos, licuado, aliento vivo, premios, etc.) para que el ave sienta un estímulo de curiosidad. Un método de enriquecimiento ambiental en psitácidas consiste en colocar en su bandeja de alimentación diferente materiales como periódico o bolitas de papel combinados con su alimento para generar una conducta de forraje.

La música es ideal para muchas psitácidas porque les encanta imitar lo que ven y escuchan, aparte cuentan con sentido del ritmo así que pueden bailar al son de la canción. Esta característica hace a los loros, y en especial a las cacatúas, únicas en el reino animal. Para iniciar con este enriquecimiento ambiental es importante comenzar con sonidos relajados, como música clásica y conocer a nuestro animal de compañía es vital para practicar cualquier enriquecimiento, ya que estas aves se comportan con conductas únicas. Las aves necesitan volar para ejercitarse en un lugar cerrado amplio o practicar el vuelo libre con entrenamiento por refuerzo positivo, importante para ayudarnos a convivir con ellas. Dicho entrenamiento puede realizarse de la mano de un profesional, como un biólogo o un veterinario.

El bienestar animal ha avanzado tanto que se tienen que cumplir las normas sanitarias para que el recinto donde se encuentran las aves garantice sus necesidades fisiológicas y psicológicas de manera que la situación en la que el animal se encuentra es mucho más similar a la que tendría en estado salvaje, por lo cual el animal presenta conductas más naturales. Esto también favorece a los parques ecológicos, zoológicos y tiendas de animales de compañía ya que tienen la misión de educar y concientizar la importancia de la conservación de la biodiversidad a la población, siempre será más educativo ver a un animal comportándose como si estuviera en su estado natural. Además, son animales mucho más sanos y preparados para un posible programa de reintroducción.

 

 

Fuentes:
  • Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (2019). Tráfico ilegal de loros en México, Profepa, México. Recuperado el 25 de abril de 2021, de: https://www.gob.mx/profepa/articulos/trafico-ilegal-de-loros-en-mexico
  • Urcola M. (2011). Aberraciones cromáticas en aves de la colección ornitológica del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Rev Mus Argentino Cienc Nat 13: 221-228.
  • Castillo-Guevara, Citlalli, Unda-Harp, Karime, Lara, Carlos, & Serio-Silva, Juan Carlos. (2012). Enriquecimiento ambiental y su efecto en la exhibición de comportamientos estereotipados en jaguares (Panthera onca) del Parque Zoológico “Yaguar Xoo”, Oaxaca. Acta zoológica mexicana, 28(2), 365-377. Recuperado el 25 de abril de 2021, de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0065-17372012000200009&lng=es&tlng=es
  • Ganem G, Norma, Sánchez R, Iván, Zuluaga G, Blanca, & Valencia A, Jorge. (2020). Picaje en espécimen adulto de guacamaya roja (Ara macao). Revista de Investigaciones Veterinarias del Perú, 31(2). Recuperado el 25 de abril de 2021, de: https://dx.doi.org/10.15381/rivep.v31i2.1624