Los Árboles son maravillosos por donde sea que lo pensemos, entre sus muchas bondades nos proporcionan oxígeno y captación de agua, evitan la erosión del suelo y disminuyen los escurrimientos e inundaciones, capturan y almacenan dióxido de carbono, lo que contribuye a mitigar el Cambio Climático, por si fuera poco, también nos brindan alimento. Como podemos valorar, son fundamentales para la vida en el planeta, por eso la importancia de proteger las superficies arboladas en áreas urbanas como en zonas rurales. A pesar de su importancia, la tala indiscriminada, el incremento de la superficie agrícola, el cambio de uso de suelo para el crecimiento de las zonas urbanas y los incendios forestales representan una destrucción continua de la superficie forestal en zonas que poseen una gran riqueza natural. 

Todos los árboles son útiles, desde los nativos que podemos identificar en nuestras comunidades de residencia, hasta los exóticos, por lo que debe promoverse la regeneración de los que son propios del territorio para que los ecosistemas no se alteren. a investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences en la que participaron más de cien científicos y la base de datos forestal más grande del mundo se estima que existen más de 73 mil especies de árboles en todo el planeta, incluyendo unas 9,200 que aún falta por descubrir. La mayoría de estas especies se encuentran en Sudamérica, especialmente en la Amazonía, pues las selvas tropicales concentran entre la mitad y dos tercios de todas las especies conocidas hasta ahora. Los otros sitios donde podrían encontrarse árboles aún sin descubrir son Eurasia, África, Norteamérica y Oceanía.

El Día Mundial del Árbol se conmemora cada 28 de junio con el objetivo de informar sobre la importancia de los árboles en la vida del planeta para sensibilizar a la población de todo el planeta sobre la necesidad de conservar el ambiente. En 1840 Suecia fue el primer país en celebrar a nuestras queridas especies vegetales tan añoradas por tantos de nosotros, ya que además de sus bondades ecológicas, se les atribuyen valores culturales y espirituales que los vuelven invaluables. Además, estos héroes verdes contribuyen a disminuir la contaminación ambiental y climática generada por los seres humanos, protegen el suelo y son esenciales para lograr un Desarrollo Sostenible, siendo imprescindibles para la vida.